| Publicación: 09 Nov 2015 |
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MOHAMMED IDRIS JABIR VERSUS H.A. JORDAN & CO. LTD. En un caso histórico sobre la valoración de una perla natural caracterizada como rara y excepcional, la Corte Superior ha confirmado la decisión dictada en primera instancia que los principios de la búsqueda de las «mejores pruebas» deben aplicarse con el objetivo de evaluar el valor de mercado. El señor Jabir, representado por Waltons & Morse LLP, entabló una demanda contra el especialista en joyas H.A. Jordan & Co. Ltd («Jordans») por la pérdida de una perla natural y suelta sin perforar de forma de botón, de color naranja rosado y de 13,09 quilates («la Perla»), que el señor Jabir compró en mayo del 2008 por la suma de 500 000 dólares. Cabe señalar que no se sabía si la perla era de agua dulce o de agua salada, aunque es ampliamente aceptado que las perlas de agua salada tienden a ser más valiosas. El señor Jabir había acordado efectuar una venta posterior a un cliente, el señor Sathak, en Dubai por la suma de 650 000 dólares con la condición de que la Perla se entregara antes del 2 de octubre del 2008. Para facilitar el transporte, el señor Jabir decidió perforar y montar la perla como un anillo, y llevó la Perla a Jordans en septiembre del 2008. Mientras permaneció en las instalaciones de Jordans, la Perla desapareció y no se ha recuperado hasta la fecha. El señor Jabir entabló acción legal contra Jordans y, si bien se aceptó responsabilidad, el asunto que debió ser considerado por la Corte era el valor correcto de la Perla en el momento de la pérdida. Primera Instancia - [2010] EWHC 3465 (QB) El caso del señor Jabir fue el siguiente: el precio de compra pagado por la Perla de 500 000 dólares (puesto en evidencia mediante una factura, la veracidad de la cual no fue cuestionada por Jordans) y el precio de venta pactado de 650 000 dólares (tal como puso en evidencia el señor Sathak en el testimonio oral) fueron las mejores pruebas del valor de la Perla sin la necesidad de identificar perlas comparables en el mercado. El señor Jabir se basó en el caso de Voaden versus Champion (el Baltic Surveyor y el Timbuktu) [2001] 1 Lloyds Rep 739, en el que se solicitó a la Corte que valorara un cañonero inusual de la Marina alemana que se había perdido mientras permanecía en su atracadero durante una tormenta. En particular, Colman J señaló lo siguiente: «Con el objetivo de establecer el valor del capital de una embarcación, las mejores pruebas normalmente serán la cantidad que un comprador interesado estaría dispuesto a pagar a un vendedor interesado por la misma embarcación inmediatamente antes de la pérdida. Si dichas pruebas no están disponibles, es necesario investigar el precio al que los barcos comparables se vendían en el momento y lugar pertinente. Se realiza un ejercicio similar en el caso de la valoración de bienes raíces residenciales o comerciales». Jordans no aceptó que los precios de compra o venta potenciales reflejaban el verdadero valor de la Perla. Más bien, Jordans se basó en las pruebas de expertos, que consideraron los valores de subastas y las ventas privadas de perlas «comparables», y, por lo tanto, valoró la Perla extraviada entre 32 725 y 250 000 dólares. Jordans citó el caso de la Corte Superior de Zabihi versus Janzemini y otros [2009] EWCA Civ 851 que trataba sobre una serie de juegos de collares y pulseras de oro que se habían perdido. En dicho fallo, Moore Bick LJ comentó lo siguiente: «Lo que [el demandante] ha perdido es el valor de las joyas que [el acusado] debería haber devuelto, y, por las razones que ya he expuesto, las mejores pruebas de dicho valor son el precio al que podría haberlas vendido en el mercado libre. El hecho de que un joyero comercial, que las compró en el mercado libre, podría tener la posibilidad de venderlas a un cliente particular en el comercio al por menor por dos o tres veces su precio de compra, no tiene nada que ver». En su fallo, el juez de primera instancia HHJ Charles Harris QC pensó que el señor Jabir era «un profesional de gran éxito en su campo» «reconocido a nivel internacional como uno de los principales expertos en perlas». Asimismo, opinó que un número reducido de hombres astutos y experimentados, que utilizan considerable habilidad y juicio personal y llegan a un acuerdo de manera verbal y con un apretón de manos, se ocupa de perlas de este tipo. HHJ Charles Harris QC comentó lo siguiente: «La confianza entre el uno y el otro es absolutamente esencial, y creo que es poco probable que un hombre sobreviviera, y mucho menos prosperara, en este campo, si no tuviera la confianza de aquéllos con quienes hace negocios». Finalmente, se concluyó que el señor Jabir había demostrado con éxito dos ventas entre compradores y vendedores bien informados e interesados, lo que es claramente la mejor prueba del valor. Dado que un aumento de precio de un 30 % sería previsible cuando se considera Jordans en calidad de «especialistas que trabajan en artículos de lujo para los principales distribuidores internacionales», se adjudicó la suma de 650 000 dólares. Por último, en circunstancias en que las transacciones fueron las mejores pruebas del valor de la Perla, poco peso se debió dar a los expertos que (en sus propias palabras) no habían visto la Perla. Corte Superior Jordans apeló la decisión de HHJ Charles Harris QC en base a los siguientes fundamentos:
Al escuchar los argumentos del recurrente, la Corte Superior (que comprende Longmore LJ, Munby LJ y el caballero Henry Brooke) no invitó al señor Jabir para que presentara sus propios argumentos y, en lugar de eso, dictó sentencia, la cual se puede resumir de la siguiente manera:
La Corte Superior concluyó que el juez de primera instancia tenía derecho a otorgar la suma de 650 000 dólares al señor Jabir, y el recurso se declaró improcedente. Si requiere de mayor información sobre el caso anterior, por favor póngase en contacto con Christopher Dunn o McCulloch Emily en Waltons & Morse. Junio del 2011. Publicación autorizada por Waltons & Morse |
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